Hay, de hecho, muchas otras cosas también que Jesús hizo, que, si se escribieran alguna vez en todo detalle, supongo que el mundo mismo no podría contener los rollos que se escribieran.- Juan 21:25

martes, 11 de mayo de 2010

El séptimo y octavo año

El SEPTIMO AÑO


Éste fue en verdad un año lleno de acontecimientos en la vida de Jesús. A principios de enero, una gran tormenta de nieve cayó sobre Galilea. La nieve se acumuló hasta sesenta centímetros de espesor; fue la nevada más grande que Jesús conoció en toda su vida y una de las más importantes en Nazaret en los últimos cien años.


Las distracciones de los niños judíos en los tiempos de Jesús eran más bien limitadas; con demasiada frecuencia, los niños imitaban en sus juegos las actividades más serias que observaban en los adultos. Jugaban mucho a las bodas y a los funerales, ceremonias que veían con tanta frecuencia y que resultaban tan espectaculares. Bailaban y cantaban, pero tenían pocos juegos organizados como los que gustan tanto a los niños de hoy.


En compañía de un niño vecino, y más tarde de su hermano Santiago, a Jesús le encantaba jugar en el rincón más alejado del taller de carpintería de la familia, donde se divertían con el serrín y los trozos de madera. A Jesús siempre le resultaba difícil comprender el mal que tenían ciertos tipos de juegos que estaban prohibidos el sábado, pero nunca dejó de conformarse a los deseos de sus padres. Tenía una capacidad para el humor y los juegos que pocas veces se podía expresar en el entorno de su época y de su generación; pero hasta la edad de catorce años, la mayor parte del tiempo estaba alegre y de buen humor.


María tenía un palomar en el tejado del establo contiguo a la casa, y los beneficios de la venta de las palomas los utilizaban como fondo especial de caridad que Jesús administraba, después de deducir el diezmo y haberlo entregado al empleado de la sinagoga.


El único accidente verdadero que Jesús sufrió hasta ese momento fue una caída por las escaleras de piedra del patio trasero que conducían al dormitorio con techo de lona. Sucedió en julio, durante una tormenta de arena inesperada procedente del este. Los vientos cálidos con ráfagas de arena fina soplaban por lo general durante la estación de las lluvias, particularmente en marzo y abril. Una tormenta de este tipo era totalmente inesperada en el mes de julio. Cuando se desencadenó la tormenta, Jesús estaba jugando como tenía costumbre en el techo de la casa, porque durante una gran parte de la temporada seca, éste era su lugar de juego habitual. Mientras bajaba las escaleras, la arena lo cegó y por eso se cayó. Después de este accidente, José construyó una balaustrada a ambos lados de la escalera.


No había manera de prevenir este accidente. No se trató de una negligencia imputable a los guardianes celestes temporales medianos, ya que un mediano primario y uno secundario habían sido asignados para custodiar al muchacho; tampoco se podía culpar al serafín guardián. Sencillamente hay acontecimientos físicos en el mundo material que a veces no se pueden evitar. Pero este ligero accidente, ocurrido mientras que José estaba en Endor, ocasionó una ansiedad tan grande en la mente de María, que trató de manera poco razonable de mantener a Jesús pegado a ella durante varios meses.


Las personalidades celestiales no intervienen arbitrariamente en los accidentes materiales, que son acontecimientos comunes de naturaleza física. En las circunstancias ordinarias, sólo las criaturas medianas pueden intervenir sobre las condiciones materiales para salvaguardar a las personas, hombres o mujeres, con un destino determinado; incluso en las situaciones especiales, estos seres sólo pueden actuar así en obediencia a las órdenes específicas de sus superiores.


Éste no fue más que uno de los numerosos accidentes menores que le ocurrieron posteriormente a este joven intrépido e investigador. Si examináis la niñez y la juventud normal de un muchacho dinámico, tendréis una idea bastante buena de la carrera juvenil de Jesús, y casi podréis imaginar la cantidad de ansiedad que causó a sus padres, en particular a su madre. Jesús, antes de venir a la Tierra, sabía que experimentaría las etapas comunes del hombre mortal, y no quiso privarse por medios ostentosos sobrenaturales de la vida común de todos los hombres, a menos que su vida corriese un claro e indiscutible peligro antes del tiempo para finalizar su misión.


En esa época, José, el cuarto hijo de la familia de Nazaret, nació la mañana del miércoles 16 de marzo.



LOS AÑOS DE ESCUELA EN NAZARET


Jesús tenía ahora siete años, la edad en que se suponía que los niños judíos empezaban su educación formal en las escuelas de la sinagoga. Por consiguiente, en agosto de este año comenzó su memorable vida escolar en Nazaret. El muchacho ya leía, escribía y hablaba con soltura dos idiomas, el arameo y el griego. Ahora tenía que imponerse la tarea de aprender a leer, escribir y hablar la lengua hebrea. Estaba realmente impaciente por empezar la nueva vida escolar que se abría ante él.


Durante tres años —hasta que tuvo diez años— asistió a la escuela primaria de la sinagoga de Nazaret. Durante estos tres años estudió los rudimentos del Libro de la Ley, tal como estaba redactado en lengua hebrea. Durante los tres años siguientes estudió en la escuela superior y memorizó, por el método de repetición en voz alta, las enseñanzas más profundas de la ley sagrada. Se graduó en esta escuela de la sinagoga cuando tenía trece años, y los dirigentes de la sinagoga lo entregaron a sus padres como un «hijo del mandamiento» ya educado —en adelante, un ciudadano responsable de la comunidad de Israel, con derecho a asistir a la Pascua en Jerusalén; en consecuencia, ese año participó en su primera Pascua, en compañía de su padre y su madre.


En Nazaret, los alumnos se sentaban en semicírculo en el suelo mientras que su profesor, el chazán, un empleado de la sinagoga, se sentaba enfrente de ellos. Empezaban por el Libro del Levítico, y luego pasaban al estudio de los demás libros de la ley, seguido del estudio de los Profetas y de los Salmos. La sinagoga de Nazaret poseía un ejemplar completo de las escrituras en hebreo. Hasta los doce años, lo único que estudiaban eran las escrituras. En los meses de verano, las horas escolares se reducían considerablemente.


Jesús se convirtió muy pronto en un experto en hebreo. Siendo un hombre joven, cuando ningún visitante eminente se encontraba ocasionalmente en Nazaret, se le pedía a menudo que leyera las escrituras hebreas a los fieles reunidos en la sinagoga para los oficios regulares del sábado.


Por supuesto, las escuelas de la sinagoga no tenían libros de texto. Para enseñar, el chazán efectuaba una exposición que los alumnos repetían al unísono detrás de él. Cuando tenían acceso a los libros escritos de la ley, los estudiantes aprendían su lección leyendo en voz alta y repitiendo constantemente.


Además de su educación oficial, Jesús empezó a tomar contacto con la naturaleza humana de todos los rincones del mundo, ya que por el taller de reparaciones de su padre pasaban hombres de muy diversos países. Cuando tuvo más edad, se mezclaba libremente con las caravanas que se detenían cerca de la fuente para descansar y comer. Como hablaba muy bien el griego, tenía pocos problemas para conversar con la mayoría de los viajeros y conductores de las caravanas.


Nazaret era una etapa en el camino de las caravanas y una travesía para los viajes; una gran parte de la población era gentil. Al mismo tiempo, Nazaret era bien conocida como centro de interpretación liberal de la ley tradicional judía. En Galilea, los judíos se mezclaban más libremente con los gentiles que en Judea. De todas las ciudades de Galilea, los judíos de Nazaret eran los más liberales en interpretar las restricciones sociales basadas en el miedo a contaminarse por estar en contacto con los gentiles. Esta situación dio origen a un dicho corriente en Jerusalén: «¿Puede salir algo bueno de Nazaret?»


Jesús recibió su enseñanza moral y su cultura espiritual principalmente en su propio hogar. La mayor parte de su educación intelectual y teológica la adquirió del chazán. Pero su verdadera educación —el equipamiento de mente y corazón para la prueba real de afrontar los difíciles problemas de la vida— la obtuvo mezclándose con sus semejantes. Esta asociación estrecha con sus semejantes, jóvenes y viejos, judíos y gentiles, le proporcionó la oportunidad de conocer a la raza humana. Jesús estaba altamente educado, en el sentido de que comprendía a fondo a los hombres y los amaba con devoción.


Durante todos sus años en la sinagoga fue un estudiante brillante, con una gran ventaja puesto que conocía bien tres idiomas. Con motivo de la finalización de los cursos de Jesús en la escuela, el chazán de Nazaret comentó a José que temía «haber aprendido más con las preguntas penetrantes de Jesús» de lo que él mismo había «sido capaz de enseñar al muchacho».


En el transcurso de sus estudios, Jesús aprendió mucho y obtuvo una gran inspiración de los sermones regulares del sábado en la sinagoga. Era costumbre solicitar a los visitantes distinguidos que se detenían el sábado en Nazaret que hablaran en la sinagoga. A medida que crecía, Jesús escuchó los puntos de vista de muchos grandes pensadores de todo el mundo judío, y también a muchos judíos poco ortodoxos, puesto que la sinagoga de Nazaret era un centro avanzado y liberal del pensamiento y de la cultura hebreos.


Al ingresar en la escuela a los siete años (por aquella época los judíos acababan de sacar una ley sobre la educación obligatoria), era costumbre que los alumnos escogieran su «texto de aniversario», una especie de regla de oro que los guiaría a lo largo de sus estudios, y sobre la cual muchas veces tenían que disertar en el momento de graduarse a la edad de trece años. El texto que Jesús escogió estaba sacado del profeta Isaías: «El espíritu del Señor Jehová Dios está sobre mí, porque el Señor me ha ungido; me ha enviado para traer la buena nueva a los mansos, para consolar a los afligidos, para proclamar la libertad a los cautivos y para liberar a los presos espirituales.»


Nazaret era uno de los veinticuatro centros sacerdotales de la nación hebrea. Pero el clero de Galilea era más liberal que los escribas y rabinos de Judea en su interpretación de las leyes tradicionales. En Nazaret también eran más liberales en cuanto a la observancia del sábado. Por este motivo, José tenía la costumbre de llevarse de paseo a Jesús los sábados por la tarde; una de sus caminatas favoritas consistía en subir a la alta colina cercana a su casa, de donde podían contemplar una vista panorámica de toda Galilea. Al noroeste, en los días despejados, podían ver la larga cima del Monte Carmelo deslizándose hacia el mar; Jesús escuchó muchas veces a su padre contar la historia de Elías, uno de los primeros de la larga lista de los profetas hebreos, que criticó a Acab y desenmascaró a los sacerdotes de Baal. Al norte, el Monte Hermón levantaba su pico nevado con un esplendor majestuoso y dominaba el horizonte, con casi 1.000 metros de laderas superiores que resplandecían con la blancura de las nieves perpétuas. A lo lejos, por el este, podían discernir el valle del Jordán, y mucho más allá, las colinas rocosas de Moab. También hacia el sur y el este, cuando el sol iluminaba los muros de mármol, podían ver las ciudades greco-romanas de la Decápolis, con sus anfiteatros y sus templos presuntuosos. Y cuando se demoraban hasta la puesta del sol, podían distinguir al oeste los barcos de vela en el lejano Mediterráneo.


Jesús podía observar las filas de caravanas que entraban y salían de Nazaret en cuatro direcciones, y hacia el sur podía ver la amplia y fértil llanura de Esdraelón, que se extendía hacia el Monte Gilboa y Samaria.


Cuando no subían a las alturas para contemplar el paisaje lejano, se paseaban por el campo y estudiaban la naturaleza en sus distintas manifestaciones, según las estaciones. La educación más precoz de Jesús, exceptuando la del hogar familiar, había consistido en tomar un contacto respetuoso y comprensivo con la naturaleza. Sus hermosas y profundas parábolas durante su ministerio demuestran cuan abierto estaba su espíritu al mensaje de la Creación. Las famosas y acertadas frases “Alcen y los ojos y miren los campos…..”, “observen atentamente las aves del cielo y los lirios del campo……”, tienen ciertamente su origen en esos años de niñez y juventud en dónde el fue un estudiante nato de las obras de Dios.


Antes de cumplir los ocho años de edad, era conocido por todas las madres y mujeres jóvenes de Nazaret, que lo habían encontrado y habían hablado con él en la fuente cercana a su casa, que era uno de los centros sociales de encuentro y de habladurías de toda la ciudad. Este año, Jesús aprendió a ordeñar la vaca de la familia y a cuidar de los demás animales. Durante este año y el siguiente, también aprendió a hacer queso y a tejer. Cuando llegó a los diez años era un experto tejedor. Aproximadamente por esta época, Jesús y Jacobo, el muchacho vecino, se hicieron grandes amigos del alfarero que trabajaba cerca del manantial; mientras observaban los hábiles dedos de Natán moldeando la arcilla en el torno, los dos decidieron muchas veces hacerse alfareros cuando fueran mayores. Natán quería mucho a los muchachos y a menudo les daba arcilla para que jugaran, tratando de estimular su imaginación creativa sugiriéndoles que compitieran en la modelación de objetos y animales diversos.


SU OCTAVO AÑO


Éste fue un año interesante en la escuela. Aunque Jesús no era un estudiante excepcional, sí era un alumno aplicado y formaba parte del tercio más avanzado de la clase; hacía sus tareas tan bien que durante una semana al mes estaba exento de asistir a la escuela. Dicha semana la pasaba generalmente con su tío el pescador en las orillas del mar de Galilea, cerca de Magdala, o en la granja de otro tío suyo (hermano de su madre) a ocho kilómetros al sur de Nazaret.


Aunque su madre se preocupaba exageradamente por su salud y su seguridad, poco a poco se iba habituando a estas ausencias fuera del hogar. Los tíos y las tías de Jesús lo querían mucho; entre ellos se produjo una viva rivalidad, durante todo este año y algunos de los siguientes, para asegurarse su compañía durante estas visitas mensuales. La primera vez (desde la infancia) que permaneció una semana en la granja de su tío fue en enero de este año; la primera semana de experiencia como pescador en el mar de Galilea tuvo lugar en el mes de mayo.


Por esta época, Jesús conoció a un profesor de matemáticas de Damasco, y después de aprender algunas nuevas técnicas aritméticas, dedicó mucho tiempo a las matemáticas durante varios años. Desarrolló un agudo sentido de los números, de las distancias y de las proporciones.


Jesús empezó a disfrutar mucho con la compañía de su hermano Santiago y al final de este año, había empezado a enseñarle el alfabeto.


Jesús hizo planes este año para intercambiar productos lácteos por clases de arpa. Tenía una inclinación especial por todo lo musical. Más adelante contribuyó mucho a promover el interés por la música vocal entre sus jóvenes compañeros. A la edad de once años ya era un arpista hábil, y disfrutaba mucho entreteniendo a la familia y a los amigos con sus extraordinarias interpretaciones y con sus hábiles improvisaciones.


Aunque Jesús continuaba haciendo progresos considerables en la escuela, no todo se desarrollaba fácilmente para sus padres o sus maestros. Persistía en hacer muchas preguntas embarazosas acerca de la ciencia y de la religión, particularmente en geografía y astronomía. Insistía especialmente en averiguar por qué había una temporada seca y una temporada de lluvias en Palestina. Una y otra vez buscó la explicación de la gran diferencia entre las temperaturas de Nazaret y las del valle del Jordán. Simplemente no paraba nunca de hacer preguntas de este tipo, inteligentes pero inquietantes.


Su tercer hermano, Simón, nació la tarde del viernes 14 de abril de este año.


Nacor, un profesor de una academia rabínica de Jerusalén, vino en febrero a Nazaret para observar a Jesús, después de haber realizado una misión similar en casa de Zacarías, cerca de Jerusalén. Vino a Nazaret por insistencia del padre de Juan. Aunque al principio le disgustó un poco la franqueza de Jesús y su manera nada convencional de relacionarse con las cosas religiosas, lo atribuyó a que Galilea estaba lejos de los centros de instrucción y de cultura hebreos, y aconsejó a José y María que le permitieran llevarse a Jesús a Jerusalén, donde tendría las ventajas de la educación y de la enseñanza en el centro de la cultura judía. María estaba casi decidida a dar su consentimiento; estaba convencida de que su hijo mayor iba a ser el Mesías, el libertador de los judíos. José dudaba; él también estaba persuadido de que cuando Jesús creciera sería un hombre del destino, pero estaba profundamente inseguro en cuanto a cuál sería ese destino. Pero nunca dudó realmente de que su hijo tuviera que realizar alguna gran misión en la tierra. Cuanto más pensaba en el consejo de Nacor, más dudaba de la sabiduría de esta estancia que proponía en Jerusalén.


Debido a esta diferencia de opinión entre José y María, Nacor solicitó permiso para someter todo el asunto a Jesús. Jesús escuchó con atención y habló con José, con María y con un vecino, Jacobo el albañil, cuyo hijo era su compañero de juego favorito. Dos días más tarde, les manifestó que había diferencias de opinión entre sus padres y sus consejeros, y que no se consideraba cualificado para asumir la responsabilidad de tal decisión, porque no se sentía fuertemente inclinado ni en un sentido ni en otro. En estas circunstancias, había decidido finalmente «hablar con mi Padre que está en los cielos»; y aunque no estaba totalmente seguro de la respuesta, sentía que debía más bien quedarse en casa «con mi padre y mi madre», añadiendo: «Ellos que me quieren tanto, serán capaces de hacer más por mí y de guiarme con más seguridad que unos extraños que sólo pueden ver mi cuerpo y observar mi mente, pero que difícilmente pueden conocerme de verdad.» Todos se quedaron maravillados, y Nacor emprendió su camino de regreso a Jerusalén. Pasaron muchos años antes de que se volviera a considerar la posibilidad de que Jesús se fuera de su hogar.